“Con condón no se siente lo mismo”. “Puede causar impotencia”. “No protege, se rompe”. Son algunas de las ideas negativas que las personas tienen en torno al condón y que provocan que la gente rechace este método anticonceptivo.
Los investigadores de la Universidad de Indiana analizaron el comportamiento de 1,875 hombres durante un mes. El estudio arrojó resultados insólitos: los participantes dijeron sentirse satisfechos al usar condón y que no había disminuido en absoluto el nivel de placer. Además, un gran número de hombres que utilizaron describieron el acto íntimo como “altamente excitante y placentero”. En suma: se siente el mismo placer con condón; hay eyaculación, hay orgasmo y la respuesta es satisfactoria. Además, el goce es mayor cuando el coito se realiza con protección, pues no existe preocupación de contraer una Infección de Transmisión Sexual (ITS) o de un embarazo no deseado que limite el disfrute.
No hay evidencia que establezca que el uso del condón cause una disfunción eréctil o lo que antiguamente se conocía como “impotencia”, esta disfunción puede ser causada por diferentes motivos, tanto emocionales y fisiológicos. Si cuesta trabajo mantener la erección cuando hace una pausa para colocar el condón, intente que su pareja lo ponga, de esta manera, no interrumpirá la interacción, inclusive, pueden hacer que forme parte del juego sexual previo a la penetración utilizando, incluso, sus diversas presentaciones (con espuelas, aros, de sabores, etc.).
El condón es un método seguro, ya que garantiza un 98 % de efectividad. Se dice que los virus son capaces de pasar a través del condón o que se rompen con demasiada facilidad, pero está demostrado que el látex, impide el paso del VIH o la gonorrea. Lo importante es que se haga un uso correcto, eso garantiza su efectividad.
Si bien hay excusas de todo tipo, lo cierto es que los expertos insisten en que se trata más de ideas preconcebidas que pueden ser superadas con buena información. A pesar de los mitos, el condón es el método más usado por las personas en el mundo, porque está al alcance, se puede conseguir en una farmacia o grifo, es económico y, además, su uso no requiere pasar por una consulta médica ni presenta efectos secundarios.