Disfunción eréctil, no debe afectar la relación

La incapacidad persistente para lograr o mantener una erección que permita disfrutar de encuentros sexuales satisfactorios se conoce como Disfunción eréctil (DE). Aunque mucho se ha hablado del tema, cada día médicos especialistas tratan de buscar una salida a este trastorno sexual en el hombre.

El médico sexólogo y psicoterapeuta, David Barrios Martínez, durante su intervención en el Foro Educativo SCI Pfizer, aclara que la DE puede ser causada por padecimientos como obesidad, vida sedentaria, estrés emocional, el hábito del tabaco, factores de riesgo reversibles que deben ser atendidos para solucionar el padecimiento de raíz.

‘La disfunción eréctil afecta entre el 52 y 55 % de los hombres entre 40 y 70 años de edad. Sin embargo esto no es impedimento para disfrutar de una sexualidad plena.

‘Cuando se usan tratamientos eficaces para disfunción eréctil, la seguridad es absoluta y promueve la confianza y a un buen desempeño erótico sin tensiones. La seguridad emocional va más allá de lo físico’, señala Barrios Martínez.

DIAGNÓSTICO

El médico agrega que una de las causas más frecuentes de DE es el daño que se produce en el endotelio vascular, una capa interna que reviste a todos los vasos sanguíneos, incluido el corazón, que se llama endocardio. ‘De ahí la importancia de acudir al urólogo o al médico especialista para que evalúe de forma completa a este paciente antes de brindar un diagnóstico definitivo’, resalta Barrios Martínez

‘Las arterias del pene que se llaman helicinas por su forma de hélice son muy delgadas, es decir, más estrechas que las arterias del corazón y del cerebro, por lo que pueden afectarse primero y ser una señal de que la persona está en riesgo de sufrir lesiones cardio o cerebrovasculares. De ahí la importancia de un diagnósticos temprano par evitar que un desenlace funesto se lleve a cabo’, explica Barrios Martínez.

Según detalla el sexólogo el diagnóstico debe hacerse después de los seis meses de tener el problema de forma recurrente.

AYUDA PSICOLÓGICA

Por su parte el psicólogo Eliecer P. Rivera recomienda al hombre que en lugar de caer en el desánimo una vez sea diagnosticado con DE debe tomar medidas de carácter personal para contribuir a superar con éxito dicha condición. Debe prepararse psicológicamente y mentalizarse de que a partir de aquel momento dejará de ser impotente, dialogar con su pareja sobre los problemas emocionales, mantenerse en buenas condiciones físicas y en un peso normal, asegurarse de que la impotencia no es consecuencia de una enfermedad: diabetes, esclerosis múltiple o arteroesclerosis, tratar de no ingerir alcohol ni consumir tabaco e intentar el coito aunque el pene no esté erecto (el coito es el estimulante sexual más poderoso).

‘En los casos más recurrentes es en hombres de menos de 40 años, ya que en estos casos la causa de la DE suele ser mental. Incluso en casos de impotencia por problemas físicos, muchos hombres necesitan ayuda psicológica para poder superar problemas de autoestima derivados de este trastorno’, asegura Rivera.

Barrios Martínez coincide en que cuando se presenta en menores de 40 años lo que más influye es la parte emocional, por lo que el tratamiento recomendado es la psicoterapia, con lo que la mayoría supera la dificultad, asociada mayormente a la falta de confianza en sí mismos.

El machismo influye para que el hombre no reconozca el problema de disfunción y no acuda al médico, por lo que todavía el grueso de la población no habla, no lo reconoce, ni va al médico, indica Barrios Martínez.

A la vez señaló que cada vez más hombres acuden a consulta gracias a sus parejas (mujeres) quienes los impulsan para que se atiendan.

EL HOMBRE PLANIFICA

Según la ‘Encuesta global sobre hábitos sexuales’, presentada por Barrios Martínez, realizada en siete países , se determinó que la mayoría de los hombres que toma medicamentos por disfunción eréctil planifica de manera proactiva la relación sexual, de ahí la importancia del manejo integral del paciente.

‘Una regla de oro es que el hombre se haga chequeos preventivos después de los 40 años de edad’.